¿Sabías que el 71% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua? No es por nada que seamos ‘el planeta azul’. Gracias a los sistemas de circulación oceánica, la vida en nuestro planeta es posible, de ahí que sea tan importante velar por el cuidado y la protección de un recurso natural como el agua.
Aquí te contamos por qué nuestra vida depende de los océanos, qué está sucediendo con ellos y por qué necesitamos protegerlos para asegurar nuestra supervivencia.
¿Qué hacen los océanos por nosotros?
Los océanos corresponden a toda el agua salada del mundo y se cree que de allí proviene el origen de la vida en la Tierra. Ellos son los responsables de que el planeta sea un lugar habitable para la humanidad, son nuestra fuente de vida y los que regulan el clima. Todas las precipitaciones, agua potable, las costas, los alimentos y hasta el oxígeno que respiramos, es gracias a su existencia.
En ellos se encuentran 200.000 especies identificadas y se cree que todavía hacen falta cientos de miles por descubrir que elevarían esta cifra a millones. Se estima también, que son grandes amortiguadores de los estragos causados por el cambio climático, ya que han absorbido casi el 30% del dióxido de carbono producido por los humanos desde la Revolución industrial.
Siempre nos han dicho que los bosques y selvas son los responsables de producir el oxígeno que respiramos, incluso hablamos del “pulmón del planeta”, ¿verdad? Pues esto no es del todo cierto: el fitoplancton es un organismo que abunda en los océanos y que, gracias a su capacidad de hacer fotosíntesis, produce entre el 50 y 85% del oxígeno que se libera cada año en la atmósfera. Es decir, la mitad del oxígeno que respiramos. Además, cumple también una doble función: nos entrega en la atmósfera el oxígeno que necesitamos para vivir y, al mismo tiempo, retira de ella el dióxido de carbono.
Como ves, sin los océanos no hay vida. Es decir que, sin los océanos, no hay futuro. Quizá suenen aterradoras estas líneas pero precisamente necesitamos comprender la importancia de los océanos para así mismo preservarlos y preservar nuestra existencia.
Actualmente, el mundo atraviesa una crisis climática sin precedentes y es deber de todos cambiar nuestras prácticas y hábitos para evitar más catástrofes.
¿Qué tanto protegemos a nuestros océanos?
Nos es familiar pensar en parques y reservas naturales para proteger bosques, selvas y demás ecosistemas de la huella destructiva de los humanos, pero poco se ha pensado en proteger a los océanos. Las áreas marinas protegidas son necesarias para el medio ambiente ya que en ellas es posible proteger especies en peligro de extinción, permitir que los ecosistemas se vuelvan más resistentes al cambio climático y conservar la biodiversidad.
En el año 2011, se preveía que un 10% de todos los océanos del mundo iban a estar protegidos para el año 2020. Sin embargo, actualmente se cree que poco más del 3% de nuestros océanos son áreas protegidas. Científicos de varias universidades y organizaciones ambientales buscan que para el año 2030 el 30% de los océanos se encuentren protegidos. ¿Lo lograremos?
Factores que están amenazando la vida de los océanos
Estas son algunas problemáticas a las que se enfrentan nuestros océanos.
Acidificación
Este término que puede parecer extraño, hace referencia a una disminución del pH del océano causada principalmente por la absorción del dióxido de carbono. Desde la Revolución industrial, se estima que la acidificación de los océanos ha aumentado un 25%. Este aumento sin duda afecta en gran medida la salud oceánica ya que la absorción del dióxido de carbono altera la química del agua.
El impacto de esta acidificación afecta directamente a los corales formadores de arrecifes ya que les impide construir sus esqueletos, esto significa corales más débiles y quebradizos y un rango de crecimiento muchísimo más lento. Así mismo, afecta de manera directa a las más de 3 mil millones de personas que dependen económicamente de la biodiversidad marina y costera. Esto, porque disminuye la abundancia de especies de mariscos altamente consumidos en el mundo como las almejas y las ostras.
Aumento de la temperatura
Otra de las funciones más importantes de los océanos es su capacidad para absorber y distribuir el calor de la atmósfera. Desde los años 70, han absorbido el 93% del exceso de calor causado por los gases de efecto invernadero. Aunque esto suena a una buena noticia, el aumento paulatino de la temperatura a medida que estos gases también incrementan, hace que el nivel del mar suba en todo el mundo. Como consecuencia, muchas islas y ciudades costeras podrían quedar totalmente inundadas con el tiempo. Además, a raíz de este aumento, la superficie de los arrecifes de coral se ha reducido a la mitad en los últimos 150 años.
Pesca desmedida
El pescado es el producto natural más comercializado en el mundo, su demanda es tan grande que la pesca industrial amenaza a las poblaciones de peces. Los métodos de esta industria han causado que muchas especies se encuentren sobreexplotadas y varias poblaciones estén gravemente disminuidas. Mientras la demanda por pescado siga en aumento, se corre el peligro de llevar a diversas especies a su extinción.
Contaminación
Con tan solo el 3% de los océanos protegidos, nos enfrentamos a que un 40% de estos se encuentran gravemente afectados por la contaminación humana. Por ejemplo, el derramamiento de petróleo causa un enorme daño al ecosistema. Prueba de esto es el gran derrame de 6.000 barriles de petróleo que cayeron al mar de Lima, Perú, tras los fuertes oleajes producidos por la erupción submarina de un volcán cerca de la isla de Tonga.
De igual manera, la contaminación por plástico es cada vez peor, creando más islas de basura flotantes por todo el mundo y causando la muerte a varias especies marinas que confunden el plástico con alimento.
¿Qué podemos hacer?
Aunque pareciera que toda esta problemática nos excede con creces, implementar cambios en nuestra vida cotidiana puede ser de gran ayuda para devolverle a los océanos la salud que han ido perdiendo. Veamos qué acciones puedes hacer desde casa y, más importante aún, cuando vas de vacaciones a la playa.
Reducir tu consumo de pescados y mariscos
La reducción de tu consumo de pescados y mariscos puede contribuir a que la demanda baje y las especies marinas dejen de estar sobreexplotadas y amenazadas. Si estás de viaje, puedes optar por alternativas como la pesca artesanal, en la que se respeta a las poblaciones de peces y se utilizan métodos artesanales que resultan menos contaminantes en comparación con las redes de pesca utilizadas a nivel industrial.
Reusar y reutilizar
Si vas a viajar, no olvides empacar siempre un termo o envase reutilizable y si puedes, empaca también un pitillo y cubiertos reutilizables. Al hacerlo, evitas consumir plásticos de un solo uso que pueden afectar las playas y su ecosistema. Si estás en casa, anímate a reutilizar envases y alargar su vida útil. Entre menos basura generes, menos posibilidades existen de que las especies marinas se vean afectadas.
Ayuda a cuidar nuestras playas
Cada vez que vayas a la playa, carga contigo bolsas plásticas o de tela en donde puedas ir recogiendo la basura que se vaya generando. De esta manera, cuando regreses a tu alojamiento, podrás depositar la basura donde corresponde. Al hacer esto evitas que más animales queden atrapados o se atoren con residuos como colillas de cigarrillo, latas o botellas plásticas. Además, contribuyes al mantenimiento de playas limpias y hermosas.
Evita comprar artesanías hechas de vida marina
Algunas artesanías y productos hechos con vida marina solo contribuyen al daño de los arrecifes de coral y poblaciones de especies marinas. Evita comprar cualquier tipo de artesanías como adornos, joyas o accesorios hechos con conchas, corales, carey o incluso, dientes de tiburón. Puedes reemplazar esto por dulces típicos de la región que visites para llevar como recuerdo.
No te lleves nada a tu casa
Aunque los corales, caparazones, conchas y demás elementos que encontramos en las playas nos fascinen, no es correcto llevarnos ninguno de estos a nuestra casa. Las conchitas que nos llevemos pueden servir de hogar para cangrejos u otras especies y al llevarnos estos elementos les estamos quitando herramientas para protegerse. En su lugar, toma una buena foto de cada elemento que quieras recordar.
Ten cuidado al momento de hacer actividades acuáticas
Si vas a realizar algún trayecto en una embarcación, evita arrojar basura al agua. En caso de que quieras hacer kayak u otras actividades acuáticas, revisa primero que el lugar en el que las vas a realizar no esté cerca a poblaciones de peces, tortugas o demás especies. De esta manera evitas llegar a lastimar o afectar en menor o mayor medida dichas poblaciones.
Como ves, estas acciones sencillas pueden generar grandes cambios. No dejes que el lado negativo te impida tomar acción por la salud de nuestros océanos. Ahora que ya sabes por qué es tan importante cuidarlos y protegerlos, comparte estas acciones con tu comunidad para que el impacto sea mayor.
¿Te sumas al cambio?
Fuentes:
Anèl·lides, serveis ambientals marins