En la segunda temporada de Conexión Awake, tres de nuestros anfitriones de destinos de naturaleza tuvieron la oportunidad de conocerse. A partir de aventuras llenas de agua, pudieron descubrir que no están solos. Por el contrario, hay muchas personas alrededor de todo el país que le están apostando al turismo de naturaleza, a conservar los territorios que habitan y a enseñar a los viajeros a cuidarlos.
Una vez más, este proyecto nos muestra cómo crear una red entre personas con ideas y pensamientos parecidos y cómo un mismo ideal los une para proteger sus territorios y emprender en el turismo de naturaleza.
A continuación, te contamos un poco más de cada uno de estos tres anfitriones.
Yolima: anfitriona Awake de Buenaventura, Valle del Cauca
Yolima tiene veinticinco años, una voz pacífica y una sonrisa contagiosa. Antes de dedicarse al turismo, hacía artesanías y las vendía. Un día, durante un viaje con su universidad, conoció la cascada Venado Verde y allí, viendo el potencial de su región y sus recursos naturales, tomó la decisión de dedicarse al turismo.
Lleva más de tres años trabajando en el turismo. Para ella, el turismo de naturaleza ha sido una experiencia que le ha traído muchos aprendizajes. El turismo cambió su vida, le enseñó a ser una persona más valiente y a hacer cosas que antes no se hubiese atrevido a hacer.
Ha entendido la importancia de valorar su entorno, respetarlo e invitar a quienes lo visitan a cuidarlo como si fuera suyo. Además, se siente segura y orgullosa de aportar al país y a Buenaventura. Para ella, el turismo beneficia a las comunidades, los prestadores de servicios turísticos y los visitantes.
Conoce un poco más sobre nuestra anfitriona
Yolima ama viajar y recibir viajeros. “Me encanta ver las expresiones en sus caras. Tengo muy buena memoria fotográfica, entonces cada vez que recuerdo sus expresiones solo puedo sentirme agradecida de vivir en un lugar tan maravilloso que haga sentir tan bien a la gente”, dice. Procura enseñarle a los turistas a cuidar su territorio porque no se trata solo de un lugar de paso, sino que se debe conservar para el futuro, para las personas y para las especies que allí habitan.
Además, se siente orgullosa de ser colombiana. “A pesar de las diferencias culturales entre regiones y la diversidad tan grande que hay en ellas, la relación que se tiene históricamente en los territorios es poderosa. Somos personas resilientes que están sacando lo mejor de su territorio para brindarle al mundo”. Cree que lo mejor de vivir en Colombia es su diversidad cultural: un día bailar salsa, al siguiente currulao, y otro día vallenato. “Uniendo las expresiones se puede ver que todos los colombianos tenemos algo en común: la verraquera, la alegría, la energía que nos caracteriza”, afirma.
Yolima viajó en el primer capítulo de nuestra segunda temporada de Conexión Awake. Quería conocer el Río Güejar porque había escuchado que era uno de los más bellos del mundo. Así que la llevamos a conectar con Jefferson, el anfitrión de Mesetas. El viaje se lo gozó de inicio a fin. Incluso saltó de una cascada y se animó a hacer rafting por primera vez, demostrando que está dispuesta a salir de su zona de confort con tal de disfrutar completamente del territorio que visita.
Jefferson, anfitrión del Cañón del Río Güejar en Mesetas, Meta
Jefferson es guía de senderismo y rafting en el Cañón del Río Güejar. Tiene treinta y dos años y hace cinco se dedica al turismo siendo anfitrión Awake. Comenzó de manera muy esporádica ya que el flujo de turistas en el municipio era muy bajo. Esto, porque era una zona roja con presencia de guerrillas, paramilitares y del ejército en el marco del Conflicto Armado. Sin embargo, hace dos años, con los Acuerdos de Paz, más gente ha comenzado a visitar el lugar y la actividad de guianza creció.
“Si el turismo se hace de la manera correcta y vinculamos a la comunidad al mismo tiempo que somos amigables con el medioambiente, esto puede generar alternativas de sostenibilidad socioambiental que permitan mostrar nacional e internacionalmente la potencia de nuestro territorio y nuestra cultura”, afirma Jefferson.
Y es que para Jefferson, el turismo es una alternativa que puede literalmente cambiar vidas. En su caso, antes se dedicaba al campo y, en medio del conflicto y las condiciones difíciles bajo las que se encontraba, fue raspador de coca. Incluso, llegó a tener su propio cultivo de coca. Afirma que eso no sirve para nada y no trae cosas buenas. El turismo, en cambio, le dio un vuelco total a su vida y le ayudó a entender que es necesario cuidar y respetar su entorno. Estudió un tecnólogo en guianza turística y se abrió paso en esta nueva aventura. Hoy puede asegurarle orgullosamente a sus hijos que el turismo de naturaleza es una actividad económica responsable con el país, con el medio ambiente, con él mismo y su familia.
Las posibilidades infinitas del río
Para él, lo mejor de recibir gente es aprender de diferentes culturas y recibir propuestas e ideas para su emprendimiento y para mejorar el servicio. Considera que el turismo de naturaleza le ha dado la oportunidad de ser un educador en cuidado ambiental y cultural.
Además, el destino del que es anfitrión tiene un significado muy especial. Hace algunos años, cuando estaba explorando el Río Güejar para ver las posibilidades turísticas que podía ofrecer, le contó a su padre, y este le dijo que él había sido pescador en ese mismo río. Un año después de navegarlo, Jefferson llevó a su padre, quien se sorprendió de todo lo que tiene para ofrecer este lugar. Su padre le expresó lo orgulloso que se siente de que su hijo esté dando a conocer el río, al tiempo que ayuda a crecer y fortalecer el municipio en toda su cadena de valor.
Jefferson fue nuestro protagonista del segundo episodio de la segunda temporada de Conexión Awake. En este, conoció a Oliver, anfitrión de Norcasia, Caldas. Esta experiencia fue muy importante para él porque pudo conectar con otra persona que, así como él, le apuesta a las atracciones turísticas hídricas. Pudieron compartir ideas, rotar información y disfrutar de la compañía.
Oliver, anfitrión de Río La Miel en Norcasia, Caldas
La infancia de Oliver estuvo marcada por el abandono y la falta de una familia. Así, con ayuda de varias personas y sobre todo con la tenacidad que lo caracteriza, logró salir adelante y comenzó a cumplir su sueño: ser comunicador social y periodista. Lastimosamente, tuvo que abandonar la carrera en sexto semestre, pero no se dejó estancar y, buscando otras alternativas, encontró el turismo de naturaleza.
Comenzó a adentrarse empíricamente en el turismo hace cinco años, y desde 2019 es anfitrión. Hoy en día, Oliver constantemente está pensando y buscando maneras de hacer las experiencias de sus visitantes cada vez mejores. Se levanta a las seis de la mañana, organiza la logística para las visitas al Río La Miel, responde mensajes, muestra contenido y también lo crea. Todo lo hace junto a Max, un perrito que siempre lo acompaña.
El turismo de naturaleza cambia vidas
Oliver dice que el turismo le cambió la vida. A partir de él pudo encontrar no solo una actividad que disfruta y que le apasiona, sino que también ha formado una familia. Cada viajero que viene y lo conoce, se va con una parte de Oliver que es inquebrantable: su amor por la naturaleza y la vida.
Para él, el turismo aporta a su comunidad de manera simbólica, económica, organizacional y social. Esto, porque pasan de ser anónimos a ser un eje central de desarrollo económico en el departamento. Además de darles un sentido de pertenencia del territorio.
Cuando comenzó con el turismo y quiso emprender, muchas personas lo llamaron loco. Hoy en día, no puede sentir más orgulloso de haber seguido su locura y lanzarse a apostarle al turismo de naturaleza. Vive feliz rodeado de verde y enamorándose una y otra vez del lugar en el que ha creado su hogar. “Me siento yo mismo nuevamente, es un espacio donde no hay prejuicios, donde no existe nada más que el conectar el yo con la naturaleza y el universo. Con ese ecosistema natural y mental que tenemos como personas. Es olvidarse del día a día allá afuera”, dice sonriendo.
Oliver tenía un sueño, que se cumplió a través de nuestra Conexión Awake: conocer el mar. Él fue el anfitrión que viajó a Buenaventura en el tercer capítulo de la segunda temporada de nuestra serie web. Allí conoció a Yolima.
Seguramente, una de las expresiones que recordará Yolima con más cariño será la de Oliver al ver por primera vez en su vida el mar. Su sonrisa y las lágrimas que salieron de sus ojos nos dieron mucha felicidad y esperanza en este proyecto que busca conectar personas e historias.
Descubre esta temporada de Conexión Awake y conoce las historias de nuestros anfitriones. En cada viaje, contaron con la compañía de viajeros destacados como Caminantr3s, Christian Byfield y Buscando a Jacinta.
También puedes revivir todas nuestras temporadas dando clic aquí.