¡Por fin! Ya llega semana de receso, esas pequeñas vacaciones entre clases y tal vez trabajo para poder descansar un poco de la rutina urbana. Ahora la pregunta es ¿para dónde cogemos? Son pocos días y la idea sí es desconectarse un poco de la realidad, pero no lo suficiente como para llegar muy desubicado a la vida normal de nuevo.
Hoy te voy recomendar 5 destinos que van a hacer que tus vacaciones de fin de año no se resuman en quedarte en un hotel viendo televisión o en la piscina quemándote como camarón, sino disfrutando de la mejor parte de Colombia: su biodiversidad.
Visita a las gigantes del océano en Nuquí, Chocó
Nuquí es un pequeño municipio ubicado en Chocó y es reconocido por ser el lugar perfecto donde se juntan la selva y el mar.
A Nuquí se llega en avión, ya que esta es la única forma de hacerlo. Cuando arribas en el aeropuerto eres recibido por un anfitrión de Awake Travel que te lleva hasta El Cantil Ecolodge, un hermoso hotel rodeado de una espesa selva verde que es atendido por locales y tiene una política sostenible. Las cabañas de hospedaje tienen vista a la selva que queda muy cerca al Guchalito, una playa que, gracias a sus formaciones rocosas a la orilla del mar, ofrece uno de los paisajes y atardeceres más lindos que ves en tu viaje.
Lo que uno más ansía durante el viaje es el momento de presenciar a las ballenas, lo cual puedes disfrutar en el segundo día de tu viaje. Después de una caminata matutina de 40 minutos llegas a la Cascada del amor, donde tomas un relajante baño rodeado de la flora más hermosa del Chocó, te diriges a la playa a tomar una lancha para ir a observar a las famosas ballenas Yubarta. La experiencia de ver a una ballena es increíble y difícil de describir. Primero las escuchas, sientes que el corazón se te para y de repente ves una cola gigante salpicando en la superficie. Las hay que saltan y caen tan fuerte que llegan a salpicarte y hay otras que son un poco más tímidas y sacan tan solo una de sus aletas. En cualquier caso, es una experiencia que se te queda por siempre en la memoria. En Nuquí también podrás visitar los termales en donde te empaparás de la cultura y costumbres de la mano de los locales. Visitar Nuquí no solo te relajará, sino que también te dejará con una sonrisa gigante en el rostro.
El llano en su máximo esplendor en Casanare
Casanare es uno de los departamentos que conforman la región llanera de Colombia y para nadie es un secreto que en este destino se encuentran los llanos más hermosos del país cafetero.
Pareciera que el Casanare se perdió en el espacio y tiempo. El silencio que solo se ve interrumpido por el sonido del galope de los caballos es inmenso y hace que uno se sienta completamente alejado del ajetreo de la vida citadina. En la inmensa sabana poblada por centenares de árboles y sin una sola montaña a la vista, se pueden divisar unos ojos negrísimos que se asoman curiosos en la superficie del lago. Son los chigüiros, que pueblan las llanuras junto con los monos, las babillas, serpientes, pumas, cocoras, caimanes, etc.
Los verdes pastizales se ven invadidos por ríos que lucen negros por la espesa tierra que se asienta en las profundidades de las aguas. Y es que la palabra ‘Casanare’ viene de la lengua indígena Achagua y significa río de agua negras.
Yopal, su capital, es quizá el único lugar similar a una ciudad. El resto de los pueblos que conforman este departamento perseveran en mantener vivas sus tradiciones y cultura a partir de la gastronomía, los fuertes pasos del joropo y la continuación de los trabajos ancestrales que formaron lo que hoy es la gran región de los llanos orientales de Colombia.
Hay de todo para hacer en Nariño
En el sur occidente de Colombia, entre montañas, lagos y espesas selvas se encuentra Nariño. El frío del altiplano andino se ve envuelto por el calor de sus habitantes y por las tantas actividades y lugares turísticos que se tienen por conocer.
Nariño es el centro de la cultura andina, pues su ubicación fronteriza lo deja en medio de la cultura ecuatoriana y la colombiana, además de también tiene cercanía con la región pacífica. La gastronomía, la arquitectura y las artesanías se funden en un solo sitio para formar una de las culturas más bellas de Latinoamérica. La multiplicidad de culturas indígenas que se asentaron allí hace miles de años dejaron en su tierra la herencia que serviría más adelante para alimentar la cultura nariñense de las tradiciones más nobles, como la siembra de papa, cebada, cacao y por supuesto café.
El departamento también tiene un peso histórico inmenso, al tratarse del lugar por donde pasó Francisco de Pizarro para lograr su conquista en el Perú y fue ese mismo lugar por donde Simón Bolívar formó una de las rutas más importantes de la independencia. Sin duda alguna, Nariño ha presenciado los hechos más trascendentales.
Los dos sitios turísticos más emblemáticos son La Cocha y el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas. El primero es el cuerpo de agua más grande de Colombia. Sus aguas diáfanas se confunden con el cielo igual de azul grisáceo. En un paisaje de niebla se puede ver en medio del lago una formación de tierra llena de árboles. Se llama Isla Corota y es el hogar y santuario de cientos de especies de fauna y flora que viven salvaguardadas en este pequeño cúmulo de tierra.
El Santuario de la Señora de las Lajas es la segunda construcción más importante de Colombia, después de la Catedral de Sal de Zipaquirá. En la cordillera de los Andes se alza una construcción neogótica que data de 1868. Un santuario sumamente importante en el mundo religioso latinoamericano.
La belleza del caribe en Montes de María
En medio de los departamentos del Sucre y de Bolívar se pueden divisar pequeñas formaciones montañosas que se alzan majestuosas entre la espesa flora del caribe colombiano. Los Montes de María, también conocidos como Serranía de San Jacinto, albergan entre sus cerros una de las reservas naturales más importantes de Colombia: el Santuario de Fauna y Flora Los Colorados.
En cualquier momento del día se puede escuchar un aullido a la distancia, y de repente otro en forma de respuesta. Son los monos aulladores que habitan los bosques de la serranía desde hace décadas. Son ellos los que le dan el nombre al santuario, lugar donde se protege uno de los últimos bosques que permanece de pie en esta región. La conquista española, el mal uso del territorio y la violencia dejaron esta zona muy afectada a nivel ambiental y social, pero las comunidades que permanecen allí se han unido para conservar su fauna, flora y tradiciones ancestrales.
Y es que la serranía guarda secretos milenarios, como todos los artefactos que quedaron allí de la tribu indígena Malibú, que habitaba la zona cuando los españoles vinieron a conquistar los territorios de las civilizaciones indígenas. Hoy en día se pueden encontrar sus vestigios en el Museo de San Jacinto.
La comunidad de Montes de María recibe a quien visita su espacio con los brazos abiertos. Buscan enseñar la importancia de la conservación de su zona, y sobre todo lo primordial que es mantener viva la cultura de sus antepasados, ya que es ella la que permitió que, a pesar de la esclavitud, la irresponsabilidad con el medio ambiente y la violencia hacia las personas y la naturaleza, salieran con la frente en alto y adelante a buscar reconstruir su cultura.
Una selva en medio del mar: Gorgona
En el departamento del Cauca se encuentra el municipio de Guapi que da con el océano pacífico. A lo lejos se puede observar un pedazo de selva en medio del mar. Pareciera como si una tortuga gigante con un caparazón selvático se hubiese quedado flotando eternamente en la misma ubicación. Es la Isla Gorgona, la maravilla del pacífico colombiano.
La isla funcionó como centro de reclusión desde 1960 hasta 1984, año en que cerró por la clara falta de derechos humanos que había hacia los presos. La cárcel llegó a albergar a 4000 reclusos en diferentes periodos durante esos 24 años. Cuando cerró, fue declarada Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO. Su historia trae a cientos de turistas todos los años.
Pero tal vez lo que más atraiga a los turistas es la oportunidad de hacer parte de uno de las experiencias más bellas de toda la vida. Ver a las ballenas que vienen en temporada de alumbramiento a tener a sus ballenatos en las aguas cálidas del pacífico. Además, Gorgona ofrece el servicio de buceo, y esta es la mejor forma de conocer la belleza que se esconde en el arrecife vivo de la isla. Esta época es justamente la época de los tiburones ballenas y las ballenas, por los que es más que seguro que se verán a estas dos especies prácticamente todos los días.