Viajar con el riguroso soporte logístico de Awake.Travel a una zona lejana y sagrada para los Arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta fue una hermosa experiencia de fin de 2017 y comienzo de 2018 para mí y para mi hijo. Nos ofrecieron la oportunidad de hacer un nuevo recorrido en la Sierra de cuatro días de duración. No fue fácil, pero cada esfuerzo, por momentos agotador, valió la pena.
La travesía comenzó el 29 de diciembre en Palomino (Guajira), pasando por el caserío Arhuaco de Seydukwa, cruzando varios riachuelos y el hermosorío Mamaise, hasta llegar, 8 horas después, al hogar de David y su familia, donde nos acogió el noble espíritu Arhuaco. Allí dormimos. Al día siguiente, retomamos la ruta y caminamos durante tres horas, a través de una cerrada vegetación, hasta El Chorro, una cascada de aguas cristalinas en la Sierra profunda, a donde pocos turistas han llegado. Fue una experiencia espiritual hermosa, un sitio que, según los Mamos (sacerdotes Arhuacos), esconde una puerta para pasar a otros mundos. Esa mañana disfrutamos el almuerzo en el hogar de Ismael, un Arhuaco que custodia aquel lugar. Y de nuevo, otras tres horas de camino de retorno al hogar de David, donde pernoctamos nuevamente, no sin antes escuchar algunas historias de esta etnia, abrigados en el calor de la cocina.
A la mañana siguiente, muy temprano, nos levantamos para caminar durante seis horas, hasta el caserío de Seydukwa, donde decidimos comenzar este 2018. Inspirador fue escuchar allí al Mamo sobre sus visiones de la Sierra, pero también inquietaron sus palabras sobre las amenazas que se ciernen sobre la ésta, entre ellas la actividad minera a gran escala. Bajo una gran luna llena llegó el año nuevo, que se nutrió de risas, abrazos, aguardiente artesanal y música. La comunidad fue acogedora, como si fuésemos viejos amigos.
Al día siguiente, luego de una humeante taza de cacao, cultivado allí mismo, el Mamo y su esposa “nos aseguraron”, colocándonos en cada mano, una manilla, símbolo de la protección que nos otorgaron; luego nos bañamos en uno de sus sitios sagrados, donde hicimos nuestras peticiones. El regreso fue emocionante: en grandes neumáticos descendimos por el río Palomino hasta el corregimiento, escuchando y viendo la inmensa diversidad natural de sus riberas. Tres horas después, concluyeron cuatro días de una exigente travesía.
El éxito de esta gran aventura no hubiera sido posible sin la presencia de Awake.Travel y de un guía invaluable, líder del proyecto en La Sierra, un Arhuaco que cuidó de nuestras vidas en cada tramo del camino como si fuera la suya.
Escrito por: Viajero Awake – Juan Diego Restrepo Echeverry