Aventura en las nieves colombianas

Aventura en las nieves colombianas

Anímate a programar una expedición por los páramos y nevados del territorio nacional para darse cuenta de nuestra riqueza hídrica, de fauna y flora. Apoya el turismo ecológico y goza de unos días de descanso envidiables.

Aunque estamos acostumbrados a asociar vacaciones con playa, sol, brisa y mar, la nieve atrae a quienes consideran la aventura y los pequeños retos como parte de la diversión. Si bien Colombia se aleja de la imagen de postal turística que pueden tener los paisajes de Los Alpes Suizos o Franceses, en donde las estaciones de esquí seducen a cientos de viajeros, lo cierto es que en el país se pueden satisfacer las ganas de ver estelas blancas de hielo que recubren las montañas y congelan los huesos.

En pisos térmicos entre los 2.500 y 4.800 metros sobre el nivel del mar, la Cordillera de los Andes alberga tanto páramos como nevados. Los primeros son de más fácil acceso y se pueden caminar en un día, mientras que los segundos requieren de una mayor planeación para poder visitarlos. Cifras alarmantes presentadas en los últimos años por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) señalan que de 17 nevados solamente seis se conservan en buen estado debido a las afectaciones del cambio climático. Esa es la razón por la que el turismo ecológico de las zonas en donde se encuentran estos picos y los 34 páramos del país proteja sus ecosistemas y ofrezca paquetes en los que la naturaleza es regente.

Sin ir tan lejos, a hora y media de Bogotá está ubicado el segundo páramo más grande de Colombia, con una extensión de 76.000 hectáreas. Chingaza es un paraíso de agua que está protegido como Parque Nacional Natural desde 1977. En él corren un sinnúmero de lagos, riachuelos, ríos y cascadas. Tal vez el más popular entre los viajeros sea la Laguna de Siecha, que en lenguaje música significa “la casa del varón”. Allí se tiene la posibilidad de apreciar varios de los túneles usados para el drenaje de las lagunas (son tres y están rodeadas de un farallón rocoso) y caminar durante cuatro horas para observar la riqueza de fauna y flora, siendo los frailejones los que se roban la atención.

Otro de los más valorados es el Páramo de Sumapaz, el de mayor tamaño en el país, al abarcar los departamentos de Cundinamarca, Meta y Huila. Además es el más grande del mundo con 154.000 hectáreas. Por la salida sur de Bogotá se localiza este refugio de paisajes verdes, esponjas de agua, frailejones, pajonales, águilas, chusques y puyas, que protege el ecosistema del bosque andino. A pesar de que requiere de una caminata de seis horas y un buen estado físico, los visitantes no se defraudarán cuando se encuentren de frente con las lagunas de origen glacial o con uno de los picos más altos cercanos a la capital, el Cerro Nevado, de 4.650 metros sobre el nivel del mar. Antes de iniciar el recorrido, en el Parque de Usme, no puede perderse el desayuno típico de la región a base de caldo de costilla.

Siguiendo hacia los Santanderes se localiza uno de los complejos naturales más impactantes: el Páramo de Santurbán con 10.700 hectáreas de área protegida. Al abastecer a 21 municipios de Santander y Norte de Santander, se ha convertido en una fábrica de agua dispuesta para que los turistas se maravillen con sus paisajes y puedan extraer oro de forma artesanal o recorran un túnel de minería. Con caminatas ecológicas guiadas, es un destino para disfrutar en una semana. No hay que dejar de conocer puntos obligatorios como las lagunas de Los Verdes, Súrcura y Pintada, y de dormir al aire libre en las zonas de camping.

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Quienes busquen una aventura más extrema pueden armar un grupo de amigos para dirigirse al Parque Nacional Natural Los Nevados, entre los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima. Los planes de tres días y dos noches son de los más solicitados en las agencias de viaje porque reúne en poco tiempo un cruce cargado de adrenalina con la práctica de senderismo, ciclomontañismo y escalada en roca o en hielo.

La primera parada es el cráter de La Olleta, donde se combinan las leyendas indígenas con arena y hielo mientras el viento helado cae sobre el rostro. Luego, sigue la conejera de Santa Isabel para hacer trekking en medio de la naturaleza y ver una laguna color esmeralda. Lo bueno es que en el mismo día se puede llegar a los 5.000 metros de altura. Ahí empieza la nieve en el Nevado del Ruiz y, si se tiene suerte, es posible practicar snowboarding. ¿Se atrevería?

 

¿Qué llevar?

  • Botas
  • Ropa impermeable
  • Mapa
  • Guantes
  • Bloqueador solar
  • Protector de labios
  • Agua
  • Dulces (para evitar los mareos de altura)
  • Dinero en efectivo

Atractivos

  • Caminatas por las montañas
  • Observación de fauna y flora típica de la región
  • Escalada en roca o nieve
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