Un paraíso natural y cultural llamado Casanare

Un paraíso natural y cultural llamado Casanare

Un viaje a Casanare, es, sin lugar a dudas, un viaje a uno de los tesoros naturales y culturales más sorprendentes de Colombia. Un viaje de descubrimiento y de aprendizaje en el que te vas enamorando a cada momento, de cada lugar.

Cuando recorres Casanare, la magia de la naturaleza logra deslumbrarte durante todo el camino. Venados, garzas de colores, águilas sabaneras, corocoras, lechuzas, aves endémicas, chigüiros, babillas, serpientes, osos meleros, palmeros y hormigueros son parte de la escenografía natural que te cautiva a cada paso, en cada instante. Un viaje de desconexión de la rutina y de total conexión con la naturaleza.

La sensación que te invade al emprender este recorrido por Casanare es la de un universo natural que se abre ante ti, de par en par, dispuesto a dejarse descubrir, a mostrarte rincones y paisajes llenos de sonidos y colores que en definitiva, superan la imaginación.

En tu viaje al llano Casanareño puedes apreciar los majestuosos morichales junto a las lagunas, observar amaneceres y atardeceres luminosos que se asemejan a cuadros al óleo a todo color, recorrer los ríos y la extensa sabana inundable, adentrarte en el espeso bosque en busca de monos aulladores colorados, y si las condiciones y -la suerte- lo permiten, puedes hacer avistamiento de jaguares y de la famosa anaconda (o “guio”) que habita en la zona.

Además del encanto natural de la región, la cultura llanera te hace vibrar y emocionar en cada momento de tu visita, con sus costumbres y prácticas del hato, los cantos de vaquería (canciones para crear conexión entre el llanero y el ganado, que retumban en el verde de la sabana), sus tradicionales cabalgatas, su gastronomía, su música y sobre todo, con el calor de su gente.

Casanare se configura así como un destino de belleza sin igual, abanderado de proyectos de conservación ambiental a través del turismo, entre los cuales se destaca el trabajo realizado en las Reservas Naturales de Altagracia, El Encanto de Guanapalo y varias reservas naturales de San Luis de Palenque y Trinidad, que apuestan por un turismo sostenible como motor del desarrollo y posicionamiento de la región.

Conocer y proteger este paraíso, es entonces la invitación para todos los viajeros,  colombianos y extranjeros, que sueñan con explorar nuevos territorios y descubrir nuevos mundos en los que la naturaleza, la cultura y la magia se funden para dar lugar a experiencias únicas e irrepetibles.

 

 

Texto por:

Maria José Becerra, equipo Awake

 

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